Hablar con el saxo

junio 20, 2007

Nicolas García tiene 17 años y ya lleva más de cuatro estudiando saxo en el Conservatorio Superior de Música Manuel de Falla. Empezó desde chico a tocar ese instrumento gracias al apoyo de sus padres; ahora es parte de dos bandas: una de jazz, Nimbus Pax, y otra de Rock, llamada Colisión.

Tocás el saxo alto y el tenor. ¿Con cuál disfrutas más?

Depende para qué. Hay temas que son más melódicos, que se disfrutan mucho más con el alto; y hay temas que requieren más efectos, ruido y expresión, para lo que se usa el tenor. En realidad disfruto mucho de ambos, aunque ahora estoy tocando más el tenor porque me lo exige el conservatorio.

Más allá del género, ¿cuál es la diferencia entre las dos bandas a las que perteneces?

Mi música la desarrollo más en la banda de jazz, porque no hay cantante y la voz la llevan el saxo y la trompeta. Además, me encargo un poco de la composición de los temas, cosa que en la otra banda no.

Emocionalmente puede ser que el grupo de rock me de más, porque es un lugar mucho más abierto a la improvisación. En Colisión estoy más cómodo porque tengo más libertad y tengo el rol del instrumento solista. El sentimiento que podes expresar en el rock te da más comodidad.

Nimbus Pax tiene más nivel intelectual en las composiciones y eso genera que la expresión sea más limitada porque hay que tener mucho más conocimiento para improvisar en el jazz que en el rock. Eso limita lo sentimental bastante.

¿Podes desarrollar todo lo que querés decir con el saxo?

Lo que quiero expresar es el doble de lo que puedo. Mi objetivo es poder hablar con el saxo por el hecho de que cuando hablo, canto o silbo, expreso mucho más lo que tengo adentro. Quizás la técnica o el conocimiento teórico del instrumento me limita mucho más en lo que puedo hacer.

Esa limitación, ¿se acentúa más en el jazz?

Sí. Para tocar jazz hay que tener muchos más conocimientos armónicos por la evolución que tiene como género; y eso limita bastante. Pero también se da que el rock al ser tan simple, lo toca cualquiera. Aunque no está mal que eso pase, hace que el género este muy desvirtuado. Eso es muy difícil que suceda en el jazz. Hay que vivir para tocar jazz.

¿En que sentido lo decís?

Porque es una búsqueda eterna. Es aprender todos lo días algo diferente, y, encima, el género evoluciona muy rápido y siempre hay cosas nuevas. La originalidad y la innovación en el jazz es una búsqueda que hay que hacerla de por vida.

Por Mauro Accurso


Jazz divertido

octubre 15, 2007

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El ambiente es ideal. Los gatos del Jardín Botánico merodean curiosos mientras los jóvenes Nimbus Pax despliegan todo su experimento instrumental de Jazz y Bossa Nova mezclado con ritmos latinos y algo del Ska jamaiquino.

El sol pega fuerte en este medio día palermitano y los jóvenes se van arrimando con tranquilidad a la ex casona de Carlos Thays (diseñador del botánico) para escuchar a esta banda que fue la parte musical del lanzamiento de la campaña impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente “Clean Up The World”.

“Como no hay cantante, la voz la llevan el saxo y la trompeta”, cuenta Nicolás García que se encarga del saxo tenor y alto, mientras Juan Martín Viera toca el otro instrumento de viento. Fernando Michanie, se luce también con su guitarra electroacústica que le da un toque más latino al grupo. Al grupo lo completan Federico Ríos, en batería, y Juan Cuz Castex, en bajo, que juntos hacen una sólida base rítmica.

Nimbus Pax tiene una composición atípica, en relación a las bandas que se escuchan hoy en día, y eso es un desafió para que lo que deseamos transmitir con nuestra música le apasione a los que la escuchan”, se entusiasma García, que se encarga de algunas composiciones, algo quizás inusual para un saxofonista.

Los jóvenes escuchan relajados a la banda y hasta improvisan algunos bailes, por más que este estilo de música en general resulta interesante para gente mayor. Pero Nimbus le pone un toque alegre a este género muchas veces elitista que parece gustar a la gran mayoría de adolescentes que se acercaron al botánico.

Ninguno de los integrantes de esta joven banda supera los 22 años y algunos ni siquiera terminaron el secundario pero su propuesta de jazz instrumental mezclado con otros géneros más populares y aportando su cuota de diversión y clima festivo hacen a Nimbus Pax un conjunto para seguir de cerca.

Por Mauro Accurso